Adiós José Fernández

En las mismas aguas que lo vieron salvar a su madre hace años, el pitcher cubano tomó un último suspiro este domingo

La historia de José Fernández era incomparable, sublime, inspiradora. Sin lugar a dudas, el capítulo final del libro de su vida era digna de otro final. No así. Este muchacho de Villa Clara no merecía irse en medio de apenas su cuarta temporada en las mayores, una que lo tenía entre los principales candidatos a ganar su primer premio Cy Young. No merecía irse sin despedirse de su madre, a la que rescató del mar hace ocho años mientras los dos escapaban de Cuba. No merecía irse sin darle un abrazo más a su abuela, con la que se reencontró hace poco. Pero el destino preparó un final distinto para este guerrero cubano que en tan poco tiempo se convirtió en la cara de una organización de Grandes Ligas. En la razón principal, y quizás la única para muchos fanáticos de Marlins, de ir al estadio cada temporada. En horas de la madrugada de este domingo, Fernández perdió la vida en una embarcación que chocó contra unas rocas en la cercanía de la costa de Miami Beach. Así es, el mismo joven que años atrás sobrevivió navegar en pequeñas balsas sin ningún tipo de protección, sucumbió en una batalla marítima dentro de una embarcación lujosa y resguardada. Un final cruel y hasta cierto punto, también burlista. Fernández llegó a los Estados Unidos en 2008 luego de varios intentos de abandonar Cuba junto a su familia. Poco tiempo después retomó la actividad que lo apasionó en todo momento: el beisbol. En 2011 se convirtió en la primera selección de Marlins en el draft y ese mismo año debutó como profesional en sus sucursales rookie y clase A de temporada corta. El talento de José era indiscutible y luego de dominar la granja Clase A Avanzada de los peces, fue ascendido a las mayores en 2012. Ese año ganó el premio al Novato del Año en su liga y desde entonces se estableció como uno de los mejores lanzadores en todo el beisbol de las Grandes Ligas. Sin duda José merecía otro final. Uno en el que pudiera ver a su hijo(a) nacer.